Plan de estudios en los huertos escolares

Modelo del ‘ciclo alimentario’

En la práctica, el plan de estudios básico en los huertos es un programa escolar del proceso de que se prolonga de manera natural durante toda la temporada de crecimiento, de la PLANIFICACIÓN a la PARCELA a la OLLA y al CONSUMO. Los alumnos examinan su alimentación y deciden la manera de mejorarla; aprenden a plantar, cuidar y cosechar sus cultivos con el debido respeto hacia el medio ambiente; deciden lo que desean hacer con su cosecha; la preparan o la conservan; la distribuyen, la venden o la consumen; evalúan la labor realizada; celebran sus logros y los dan conocer; a continuación comienza el nuevo ciclo de crecimiento. Cada una de las partes del proceso es formativa. Este modelo cada vez más popular de plan de estudios del ‘ciclo alimentario’ es adecuado para cualquier país, con independencia de su fase de desarrollo.

Integración de las actividades hortícolas en el plan de estudios

Las actividades indicadas son cuatro programas distintos, pero relacionados entre sí, consistiendo cada uno de ellos en una secuencia de actividades prácticas y una serie de clases teóricas de apoyo.

A) La secuencia básica de las actividades hortícolas consiste en la preparación del terreno, el cultivo y la utilización de la producción, la evaluación de los logros, la celebración y la planifi cación de la siguiente ronda. Se han incorporado a las actividades enfoques orgánicos y la protección del medio ambiente. Las clases de apoyo, como el conjunto de instrumentos didácticos de la FAO, encajan en el calendario del huerto y en ellas se abordan los temas de información y conceptos, demostraciones, gestión del trabajo, observación, registro, evaluación y publicidad.

B) La producción de alimentos para comer mejor se enmarca en el programa básico de horticultura y constituye su fundamento. En las clases teóricas y las actividades prácticas los alumnos examinan las necesidades nutricionales y la seguridad alimentaria, estudian los alimentos locales autóctonos y su valor nutricional, seleccionan los cultivos y planifican los refrigerios y las comidas para los puestos de venta en la escuela, los almuerzos escolares u otros acontecimientos escolares. Una vez que comienza la recolección, habrá sesiones de degustación,
preservación y preparación de alimentos, publicidad y promoción, evaluación y celebración.

C) La mejora del entorno escolar es un pequeño proyecto de perfil elevado. El examen de los conocimientos escolares, el debate de las opciones, la adopción de decisiones y la organización de la publicidad también requieren un componente teórico. Se ha hecho mucha publicidad de los proyectos de ‘reverdecimiento del recinto escolar’ en los Estados Unidos; otros países necesitan compartir sus logros en el embellecimiento de las escuelas y su mejora a fin de convertirlas en un buen ‘lugar para aprender’.

Programa de horticultura escolar

D) La horticultura comercial es un proyecto de estudios empresariales, adecuado para los alumnos de más edad. Al igual que la alimentación saludable, enmarca y orienta las actividades hortícolas. Las clases teóricas y las actividades de extensión incluyen la investigación de mercados, el fomento de ideas sobre productos, la organización de planes comerciales, el mantenimiento de la contabilidad, la promoción y la venta de los productos hortícolas.

Todas estas iniciativas se pueden promover como actividades extracurriculares, por ejemplo en clubes y grupos después del horario escolar, como el 4-H y los Jóvenes Pioneros de Cuba. Por otra parte, se han adoptado varios enfoques para integrarlas en el plan de estudios básico o para vincularlas a él. El resultado suele ser una combinación de actividades curriculares y extracurriculares.

  • Las actividades hortícolas se pueden incorporar a una materia ya existente, por ejemplo las ciencias. En Lesotho y Uganda, los huertos escolares se incluyen en la agricultura; en Zimbabwe, las actividades hortícolas se aprenden en los niveles más bajos de los estudios ambientales; en Cuba se clasifican como educación laboral. Los proyectos de horticultura comercial también se pueden asociar a los estudios empresariales.
  • La horticultura se puede tratar como una materia de pleno derecho con la asignación de un horario adecuado, como el programa de huertos escolares de las escuelas elementales de Swazilandia.
  • Las actividades hortícolas pueden reclamar espacio en diversos campos curriculares (por ejemplo estudios ambientales, ciencias, economía doméstica, salud y nutrición). Ésta es la norma en los Estados Unidos, donde las clases teóricas también se complementan con actividades extracurriculares. Naturalmente, se puede tener el huerto como recurso y laboratorio al aire libre para otras materias, pero algunas asignaturas escolares pueden contribuir con unidades completas al plan de estudios básico de horticultura – por ejemplo, la biología, los estudios ambientales, los estudios empresariales, la economía doméstica, la educación sanitaria y la preparación para la vida activa. Esto se puede negociar a veces en el ámbito del plan de estudios nacional.

Evaluación y certificación

La evaluación y la certifi cación son opciones que se han de plantear. Dan categoría a los huertos escolares ante los ojos de la escuela, los padres y los niños y pueden impulsar un duro trabajo y el orgullo. Los inconvenientes son que pueden requerir recursos humanos costosos,
limitar la impresión sobre el valor del huerto, generar ansiedad, reducir la atracción del huerto para los alumnos más lentos, personalizar demasiado el trabajo hortícola y carecer de la estructura adecuada, con repercusiones negativas. Algunas maneras de reducir los inconvenientesm son las siguientes:

  • Realizar evaluaciones sólo en el último año del programa, como se hace en el certifi cado de “Junior Master Gardener” en los Estados Unidos;
  • Limitar la evaluación a los estudios de enseñanza secundaria, como en el programa escolar de agricultura de Swazilandia;
  • Ofrecer un gran número de pequeños premios no oficiales, como las insignias de huertos adjudicadas a los 4-H y los Boy Scouts;
  • Realizar evaluaciones menos ofi ciales e intimidatorias, por ejemplo haciéndolas de manera continua u opcional o totalmente práctica y oral;
  • Poner la expedición de los certifi cados en manos de una organización externa, por ejemplo una asociación
    de horticultura.

Formación de los maestros en el servicio

El aprendizaje en el huerto escolar, concentrado en la independencia del alumno y el uso educativo de un entorno práctico, puede requerir una recalifi cación de los maestros, del mismo modo que la idea de la integración de la alimentación escolar, la educación nutricional, el
aprendizaje ambiental y la producción de alimentos en el huerto puede representar una reeducación para toda la escuela. Sin embargo, en este contexto interdisciplinario todos son novatos en algunos aspectos y debe haber una política de acumulación progresiva de conocimientos
especializados y de su asociación con el éxito.

La formación no oficial de los maestros se puede fomentar de muchas maneras. En los manuales se deben abordar no sólo los conocimientos técnicos (hortícolas o nutricionales), sino también la gestión, la motivación y la metodología, como en el manual de la FAO Crear y manejar un huerto escolar. Los apuntes de clase deben ampliar los conocimientos de los maestros y proponer enfoques fáciles y atractivos. Los horticultores con experiencia deben aceptar ayudantes y actuar como mentores. Las escuelas tienen que estar en contacto con otras escuelas y aprovechar los conocimientos profesionales especializados disponibles en sus distritos (por ejemplo, estaciones agrícolas, centros de salud, ONG, asociaciones de agricultores y agricultores locales). Los programas de formación en el servicio deben contar con sesiones de horticultura regulares e interesantes.

A nivel oficial, una certificación reconocida de los maestros crea capacidad, mientras que el aumento de los sueldos o los incentivos de carrera para los maestros de horticultura aumenta la categoría del aprendizaje en el huerto. Los cursos intensivos de formación pueden
despertar entusiasmo y conseguir inscripciones, pero sólo deben ser el comienzo de un proceso educativo más largo. Un ‘Certificado de gestión de huertos escolares’ en el servicio debería abarcar enfoques hortícolas y orgánicos, cuestiones ambientales, nutrición y alimentación, planifi cación del huerto y gestión de los proyectos (incluida la horticultura comercial), relaciones con la comunidad, preparación para la vida
activa, aprendizaje basado en los proyectos, elaboración de material didáctico y evaluación del existente. El programa “Master Gardener” de los Estados Unidos va más allá de los recursos disponibles en muchos países, pero tal vez valga la pena adaptar a las condiciones locales la idea de visitar determinados huertos con objeto de intercambiar servicios de consultoría para una capacitación ulterior.

El apoyo prolongado es necesario para crear redes entre las escuelas y los organismos, mantener la motivación y fomentar la capacidad. Algunas posibilidades son los boletines tradicionales; las redes no oficiales de asesoramiento mutuo utilizando los SMS; las reuniones anuales de horticultura escolar, con charlas y concursos; la información semanal en programas de radio; el respaldo de personalidades nacionales en los medios de comunicación; y los foros en la web para el intercambio de experiencias, buenas prácticas, asesoramiento, información y material didáctico.

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