Un huerto escolar constituye una herramienta multidisciplinaria que permite abordar contenidos de educación medioambiental, desarrollar el trabajo en grupo, así como el conocimiento del trabajo en el campo y la concienciación ecológica tan necesaria en nuestros días. A pequeña escala, supone un modelo de organización y de relaciones entre el ser humano y la naturaleza constituyendo un recurso educativo de especial interés pudiendo también integrarse de diversas formas en las áreas curriculares tradicionales.
El huerto escolar es un excelente recurso para convertir los centros educativos en lugares que posibiliten a un alumnado mayoritariamente urbano, múltiples experiencias acerca de su entorno natural y rural, entender las relaciones y dependencias que tenemos con él, y poner en práctica actitudes y hábitos de cuidado y responsabilidad medioambiental; experiencias interesantes para el desarrollo de las capacidades fundamentales en Educación Ambiental
Para iniciar el desarrollo del proyecto es necesario una labor previa de organización o planificación. Para tal fin, y una vez concretada la ubicación y los grupos participantes, se diseñaron tareas o actividades como las que se enumeran a continuación: medidas con las que se cuentan, división en partes según los grupos participantes. Apoyamos con el equipamiento y dotación de herramientas y útiles apropiados para el buen funcionamiento del huerto es una necesidad básica.
El aspecto más importante en el proyecto del huerto escolar es, sin lugar a dudas, los vegetales y las plantas que se van a cultivar por lo que el alumnado, protagonista y responsable de su evolución, debe plantearse una serie de cuestiones como:
También apoyamos con la instalación de un semillero con el objetivo de desarrollar y estudiar todo el proceso de evolución de las plantas empezando desde la semilla.
Por medio de visitas semanales, quincenales o mensuales, apoyamos y capacitamos a los alumnos y profesores para realizar los mantenimiento, cuidados, limpieza y seguridad del huerto, así como de las herramientas que se han usado de forma regular.
También enseñamos a combatir las plagas y enfermedades de los cultivos haciendo uso de remedios naturales.
El trabajo en el huerto escolar facilita el desarrollo de una práctica educativa acorde con los fines, los objetivos y contenidos de la Educación Ambiental, que implica la conjunción de tres dimensiones:
— Educar EN el medio: Investigando y trabajando directamente en el medio, relacionando los problemas que afectan a ese entorno cercano con problemáticas más globales.
— Educar SOBRE el medio: El huerto es un sistema ecológico, que como tal habrá de ser investigado en su conjunto, teniendo en cuenta los elementos que lo conforman, las interacciones que se dan entre ellos, los cambios que sufre, su organización, y las interdependencias que tiene con respecto a otros sistemas.
— Educar A FAVOR del medio: Impulsando una serie de valores y actitudes necesarios para un cambio hacia comportamientos más respetuosos con el medio ambiente.
Cuando pensamos en el trabajo del huerto escolar, estamos pensando en una manera determinada de gestionar ese medio, en un ambiente equilibrado, en usos no perjudiciales para la tierra, en la diversificación y protección de cultivos, en la conservación de aguas y suelos, en definitiva, pensamos en un tipo de agricultura respetuosa con el medio ambiente.
Nuestro trabajo como especialistas consistirá en seleccionar, organizar y secuenciar los contenidos a trabajar, definir distintos niveles de complejidad en su tratamiento y distintos itinerarios didácticos, de forma que los alumnos y profesores desarrollen la sensibilización y concientización hacia el medio ambiente y la capacidad de combinar la conservación del medio con la utilización sostenible de los recursos naturales.